El mayor problema que ha tenido el ser humano desde todos los tiempos es el saber comunicarse.
Comunicarse entiendose como uno que dice algo y el otro que entendió exactamente lo mismo que se dijo.
Por lo general ocurre lo contrario uno sabe lo que dice pero nunca lo que el otro entendió, pero da por hecho de que se comunicó, se entendió y de que fue claro… y muchas veces lamentablemente no es así.
En la comunicación no solo interviene lo verbal, digamos el lenguaje sino también lo no verbal, el cuerpo, los gestos que hacemos, el movimiento del cuerpo, etc. que muchas veces no concuerdan entre sí.
Esto sucede porque no estamos diciendo desde lo verbal (el lenguaje) exactamente lo que queremos decir y el cuerpo nos delata y el otro lo detecta desde su inconsciente, sabe que hay algo que no le cuadra de esa conversación y muchas veces tiene razón.
Comunicarse bien no es fácil, pero tampoco es necesario realizar un curso para poder comunicarse bien.
Por supuesto que la comunicación tiene sus variables ya que no es lo mismo la comunicación formal que la informal, por ejemplo entre una pareja o en el trabajo.
Pero lo que sí debería ser igual es el “COMO” nos comunicamos, “COMO” lo decimos ya que las formas son las que le dan sentido a la conversación.
Podemos utilizar muchos “por favor”, “gracias”, “lo siento” pero si el otro no percibe esto en la conversación no logró comunicarse efectivamente.
¿Entonces como hacemos para comunicarnos bien?
Cuidar las formas, cuidar el como decimos lo que decimos y además a quien se lo decimos.
Una de las cosas que he observado es que la gente habla, cree que se comunica y que incluso armo una amistad, una pareja, sociedad, etc. y en la realidad no es así…un día descubre que con esa persona que pensó que creo un vínculo ese vínculo no existía.
¿Como puede ser esto así? ¿Que ocurrió? ¿Que salió mal?
Lo que no funcionó fue que no debemos comunicarnos, debemos encontrarnos, debemos tratar de encontrar ese punto donde me encuentro con el otro, donde realmente empatizo, comparto, disfruto y donde siento que hay una conexión.
Es aquí que se puede decir sin lugar a dudas entonces de que se comunicó, que hay una buena y sana comunicación.
En los últimos 20 años con el desarrollo de las tecnologías y la creación de las redes sociales el ser humano está fallando totalmente en la comunicación.
Muchos amigos y familiares se pelean o se dejan de hablar, se alejan, porque se entendió mal lo que se dijo en Facebook o en WhatsApp, entonces es aquí que estas grandes empresas crean los emoticones para relajar las conversaciones y tratar de que el otro entienda lo que realmente quiero que entienda.
Pero seguimos fallando, seguimos desencontrándonos.
No será hora de sentarnos a charlar y compartir momentos con el otro mirándonos a los ojos y no a través de un móvil u ordenado/PC?
Creo que más allá de que la comunicación nunca fue fácil y siempre hubo malos entendidos, esta nueva forma de relacionarnos a través de las redes en vez de llamar por teléfono y escuchar la voz del otro, la sonrisa en la palabra es lo que está haciendo que nos alejemos todos poco a poco.
Trabajar en cómo mejorar la comunicación, en cómo comunicarme mejor, en cómo decir exactamente lo que pienso y siento no es fácil pero se puede hacer en pocas sesiones dirigidas, tratando de entender dónde está el error cuando digo lo que digo y además aprendiendo a modificarlo.
Lo más importante que nos queda hoy con todas las diferencias que existen en el mundo es la comunicación.
No perdamos los afectos por malos entendidos, busquemos alternativas que nos permitan crear espacios de comunicación sanos con miras al cuidado del otro y de uno mismo.
Licenciada Adriana Gimenez – Psicóloga Online.