Con la globalización además de los avances en los medios de comunicaciones uno de los fenómenos que se dá es la Emigración.
El mundo se abre ya no solo para viajar, conocer o ir de vacaciones sino también como posibilidad de vivir y trabajar en otros países.
Esta elección o decisión más allá que hoy sea visto como algo sobre todo en algunos países muy común, no es fácil y por lo tanto tiene sus consecuencias.
Vivir en otros países conlleva a romper con nuestro encuadre psicológico ya que todo lo que nos hace parte de una identidad, se rompe.
Se rompe el espacio, porque es otro país, otro idioma, otra cultura, otra idiosincrasia y muchas veces tampoco emigra toda la familia lo que hace que el dejarlos en su país de origen genere angustia, así que todo lo que hacía que uno fuera como es…ya no existe.
Se debe formar o crear otra identidad, algo así como crear otra persona y esto no es fácil de hecho desata crisis que hace que una persona necesite ayuda.
Además pasa que por lo general no se tienen las herramientas de cómo salir adelante frente a esta crisis de identidad, de lugar y de nueva ubicación frente al mundo, así que es esencial en estos casos tener la posibilidad de hacer terapia/psicoterapia o terapia online y si es con un psicólogo de su mismo país mejor, ya que es importante poder hablar con alguien que tenga la misma idiosincrasia pero que sea un profesional de la salud.
Cuando se va a vivir al exterior muchas veces no es solo por trabajo o porque gusta la idea de vivir un tiempo en otro país, en muchos casos es por amor y es aquí donde cuando la pareja se separa o la relación no funciona bien es que se plantea el dilema de cómo es que dejo todo por él o por ella?.
Esta es la más común de las crisis con la que he tenido que trabajar en el exterior. Ya que aquí la elección no fue tomada para uno, sino para un otro.
Cuando ese objeto u otro se pierde no se encuentra el sentido en seguir en ese lugar y es ahí donde se quiebra nuevamente el que emigra.
Por todo esto es importante seguir manteniendo los lazos que se tenían en su lugar de origen: familiares, amigos, cultura, para que de esta manera esta nueva ubicación sea vivida como una elección de vida y poder ser disfrutada como tal, incluso con sus diferencias.
Por otro lado buscar/tener en ese nuevo país nuevos lazos y espacios de contención acordes a su idiosincrasia que permitan seguir sintiéndose un poco “en casa”.
Lamentablemente el que mira al que se va, lo ve como que seguramente su vida es maravillosa y seguramente mejor que la que los que se quedaron pero no hay “conciencia” de lo que tiene que pasar o vivir una persona que emigra hacia otro país no solo el traslado físico literal sino todo este bagaje emocional con el que se parte y que debe ser considerado por sus seres queridos, respetado y apoyado constantemente.
De todas maneras como dije antes cuando la crisis, la angustia y el dolor es difícil de soportar buscar la ayuda de un profesional psicólogo es esencial.
Y si además si es de su propio país mucho mejor ya que si bien la psiquis es una, las idiosincrasias y culturas pueden ser miles y esto es digno de ser respetado.
Licenciada Adriana Gimenez – Psicóloga