Cuando hablamos de miedo da la impresión de que sabemos de qué estamos hablando.
Miedo a perder el trabajo, miedo a enfermar, miedo a diferentes pérdidas como las afectivas, etc. pero hay veces que sentimos un miedo irracional y no sabemos exactamente a que es.
Sentimos miedo, pero cuando lo racionalizamos y empezamos a pensar, en realidad nos damos cuenta de que no debería ser un miedo, sin embargo, no podemos dejar de sentir esa sensación física y mental de “miedo”.
Los miedos son concretos, sabemos a qué le tenemos miedo y han servido a la humanidad por años para salvarse, para la supervivencia, para escapar de situaciones que podrían hacernos daño, pero …
¿Que pasa con aquellos miedos que no afectarían nuestra supervivencia pero que cuando pensamos en alguna situación particular, sentimos miedo que se suele llamar irracional porque no tiene sentido.
Esto esta muy ligado al stress.
El stress es una reacción del cuerpo ante una situación interna o externa.
Tiene su parte positiva que se llama “eustress” que hace que estemos mas concentrados, atentos y esto es positivo, me hace crecer como persona, pero hay una forma de stress que es absolutamente negativa y que se llama “distrés” que es el que nos anula, nos genera frustración y nos enferma haciéndonos daño.
Se sabe que la causa de este distrés es estar continuamente hablándonos en forma negativa, diciéndonos cosas que nos lastiman.
Sabemos que todos percibimos la realidad de una manera diferente, podemos estar mirando toda la misma pared y ver cosas diferentes, la percepción (construcción cerebral) tiene que ver con nuestros pensamientos y emociones, lo que percibimos y lo que evaluamos sobre esa percepción es lo que hará que una situación la veamos como una frustración o una oportunidad en nuestras vidas.
Por lo cual, si nos enfocamos en percibir lo positivo, nuestra atención estará dirigida a encontrar soluciones, oportunidades, no desde la irrealidad.
Somos todos conscientes de que pasan cosas a nuestro alrededor que no son siempre afortunadas, pero si buscamos modificar nuestras emociones a través de la modificación de nuestros pensamientos, seguramente nuestro estado físico y psíquico cambiará, nos cambiará el humor, nos sentiremos mejor y con mas fuerza para enfrentar la vida.
Soy consciente que no es un trabajo fácil, que lleva tiempo, que se deben generar nuevos hábitos y aprendizajes pero que es posible siempre con el soporte de un profesional psicólogo.
