Cuando se es joven, uno se come el mundo, tiene todo un porvenir por delante y nada parece imposible, en especial si además es una persona que es persistente y que le gustan los desafíos ya que para obtener ciertas cosas en la vida hay que realmente “trabajar en ello”.
A medida que van pasando los años no solo cambian los objetivos individuales a alcanzar, sino también la persona, su situación y la fuerza mental (psíquica) que necesita para lograr lo que desea o quizás mejor dicho lo que piensa que desea, ya que a veces cuando se cumple o se logra se da cuenta que no era eso.
Pero que pasa cuando las cosas, objetivos y deseos no se van dando, no se obtienen?
Que emociones surgen? Y como se responde a esa situación o persona que no cumplió con las expectativas que se tenían?
Claramente esto va a estar muy relacionado con los parámetros con que cada individuo mide lo que espera de afuera, ya sea la cosa o la persona.
Algunas personas simplemente buscarán otras opciones, otras insistirán, otras se darán por vencidas y otras incluso pueden enferman o reaccionar agresivamente.
La agresión puede ser hacia dentro (uno mismo) o hacia afuera, (hacia el otro).
Podemos decir entonces que aquí estamos hablando de frustración?
La frutracion se la define como: la imposibilidad de satisfacer una necesidad o un deseo. Sentimiento de tristeza, decepción y desilusión que esta imposibilidad provoca.
Seguramente se habrá leído o escuchado hablar muchas veces sobre la “baja tolerancia a la frustración” algo muy medido en empresas pero también a detectar por el psicólogo/a, es importante esto, porque se aprende principalmente a “Aceptar” si se trabaja en la tolerancia.
Las sensaciones de angustia, tristeza, desolación o desilusión que pueden surgir iran menguando, ya que uno tendrá herramientas para enfrentarse a situaciones que no esperaba que el resultado fuera diferente al deseado, pero claramente esto se debe trabajar en terapia con un psicologo/a, ya que es la única manera de aprender a manejar y gestionar la ansiedad y todo ese bagaje de emociones que genera finalmente la frustración.
Licenciada Adriana Gimenez – Psicóloga Online.